lunes, 19 de diciembre de 2011

Pehuajó (Ferrocarril oeste)


Vista desde la calle. Iniciales FCO en fachada (Ferrocarril Oeste)




Galería hacia la calle y casilla de correos...




Los diferentes laterales...



Galería: nomenclatura, campana y placa conmemorativa del centenario de la estación...



Una vista principal del afrancesado diseño del edificio...



Vista hacia Chiclana...



Vista hacia Francisco Madero y Alagón...



Andén Nº2 y su refugio...



Pilar con grabado en relieve FCO...



Mesa con un único comando...











Las diferentes dependencias. Muchas de ellas del clásico diseño británico del FCO...



Vagón vivienda...




Casillas de vía y obra: sin sus rieles, sin sus zorras...





Hidrante ascendente y torres de señales...







En estas tomas hacia el cabín, observamos sus comándos completamente inutlizados y enterrados en la tierra; el mismo ya no opera...















Cabín y su interior...



PAN ascendente...



Sanitarios y su interior...




Hidrante descendente...



Tanque de agua...



Boguíes herrumbrados de la época del FCO...




Galpones, silos, cambios a playon de carga y sus señales indicadoras utilizadas por el Sarmiento...





PAN descendente y casilla de guardabarreras...



Placa del FCO con número de vivienda...




Nomencladores al estilo del Oeste...





Corredor Once-Bragado-Pehaujó. El Ferrocarril Oeste llega a Pehuajó en el año 1889 y es ahí donde comienza la historia. Esta estación, construida por el británico Ferrocarril Oeste, nos da muestra que para las grandes ciudades, se utilizába un diseño mas bien francés, ostentoso y fino, podría decirse, y no ya el clásico inglés utilizádo por esta empresa. Pehuajó supo ser una gran estación empalme de combinación y base operativa de cientos y cientos de cargueros que supieron transportar los cuantiosos cultivos y cosechas de los poderosos ruralistas de la región. Muestra de ello nos dá las diferentes viviendas del personal auxiliar, señaleros, cambistas y de vía y obras. El edificio está bastánte bien mantenido, pero no pudo dejar de ser víctima de actos vandalicos, cual nos muestra oridinarias pintadas en aerosol en casi todo su conjunto. Esto ocurre debido a que la estación solo presta servicio cuando es servida por el puapérrimo tren de Ferrobiares tan solo una vez al día. Durante el resto de las horas, las puertas se mantienen cerradas y su personal está ausente. observar con detención a Pehuajó, es observar la pura desidia ferroviaria de nuestro país: cabín inactivo, sus comandos inutilizados, rieles enterrados y restos cuantiosos de material ferroviario herrumbrado al cual podríamos denominar tranquilamente como chatarra. Pehuajó a podido ver de ocho a diez servicios diarios de pasajeros, el hormigueo de gente era constante durante todo el día, y para ello el personal dentro de sus instalaciones fué numeroso. Hoy las viviendas están en parte usurpadas y en parte, las siguen habitando viejos empleados del ferrocarril. La conseción de estas vías pertence a Ferroexpreso Pampeano, testigo silencioso del saqueo. Las casillas de vía y obras solo brindan podredumen, no tienen sus enrieladuras y no son habitadas por zorras: son mas bien un foco de infección y en su interior, solo se aloja basura y desechos de varias clases. No pierdo esperanzas, quiero creér, que esta y otras tantas estaciones de gran embergadura resurgirán de la herrumbre, pero solo brotó agua salada de mis ojos ante tanta desidia y abandono sobre esa enrieladura que brilló alguna vez...